
Cuando se llega a la etapa de adulto mayor surgen distintos cambios tanto fisiológicos, psicológicos y socioeconómicos que pueden favorecer la mal nutrición o problemas en la conducta alimentaria (TCA). Si lo vemos en el aspecto fisiológico hay cambios en la composición corporal como el aumento de la masa grasa, disminución de la masa ósea y el agua corporal, pueden desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2 la cual como consecuencia hay un desorden en el centro de la sed lo cual provoca una baja ingesta de agua y menor apetencia de alimentos con un alto contenido de agua; distintos estudios han demostrado que el gasto metabólico basal en un adulto mayor disminuye, a lo que corresponde entre un 60-75% del gasto energético total y al mismo tiempo las necesidades en reposo disminuyen dando como consecuencia la baja apetencia. Por el lado socioeconómico se encuentran con una baja entrada de dinero que se relacionan con la jubilación, aislamiento social y soledad que pueden provocar una resistencia en los cambios alimentarios o de vida, promueve una mala adaptación en sus necesidades y pueden facilitar la mal nutrición o desnutrición
Se ha demostrado que la soledad y depresión en un adulto mayor es el principal factor en la aparición de trastornos en la conducta alimentaria, ya que dejan de comer para llamar la atención.
Retomando lo anterior también uno de los factores por lo cual un adulto mayor ya no modifica su alimentación es porque a lo largo de su vida llevaron otro tipo de alimentación que pudo ser o no adecuada, es difícil poder modificar alimentos de su dieta que han estado acostumbrados a consumir a lo largo de su vida.
Nosotros como nutriólogos tenemos la tarea de hacer que nuestros pacientes en esta etapa de la vida modifiquen su alimentación tanto para prevenir enfermedades o mantenerlos estables de salud para evitar complicaciones en caso de presentar una patología.
Bibliografía
Ruiz Prieto, I., (2011) Trastornos de la Conducta Alimentaria, Instituto de Ciencias de la Conducta, SCP
C/Virgen del Monte 31, CP: 41011, Sevilla, 14, pp. 1613-1615. recuperado de: http://www.tcasevilla.com/archivos/tca_en_adultos_mayores.pdf
Los cambios en el estilo de vida en cualquier etapa son complicados, sobretodo si el paciente no muestra la convicción para hacerlo.
ResponderBorrarEn el adulto mayor, muchas veces asisten al nutriólogo porque ya hay una patología de por medio.
Sin embargo, es nuestra tarea concientizar al paciente sobre como la alimentación puede impactar en su calidad de vida.
De acuerdo.
ResponderBorrarEn esta etapa del adulto mayor, existen diversos cambios, desde físico como psicológicos, sin embargo como Nutriólogo debes de tener como objetivo prevenir estos cambios o inclusivo que no sean factores para presentar enfermedades,ayudando así a una mejor calidad de vida.
Abordas muchas causas del porque no es fácil modificar las conductas en esta población, sin embargo me gustaría que compartieras tu opinión de cual de todas es la que impacta más para el cambio de hábitos y si hay solución o cual solución darías.
ResponderBorrarLa descripción que haces es importante para entender la etapa de la senectud; sin embargo, hay que entender que los adultos mayores son el cúmulo de experiencias pasada; por lo cual valorar las preferencias y hábitos permitirán entender por donde hay que trabajar en la modificación de conducta alimentaria.
ResponderBorrar